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Sonia Bascuñana

Aceites esenciales, aliados naturales de los caballos


Caballo oliendo flores

Aunque su uso es conocido desde la antigüedad, en los últimos años se ha ido popularizando el uso de aceites esenciales en la cosmética para aliviar diferentes problemas de la piel y también en tratamientos de aromaterapia. Pero los beneficios de los aceites esenciales no se limitan únicamente a las personas también son efectivos con los animales, especialmente en caballos.

Los aceites esenciales funcionan reforzando los distintos sistemas corporales como el sistema nervioso, endocrino e inmune. Los aceites se inhalan llegando en un primer momento al sistema respiratorio. Luego interactúan con el sistema límbico en el cerebro, o cerebro emocional, que conectan con el resto de sistemas vitales que controlan la presión sanguínea, ritmo cardíaco, ritmo respiratorio, niveles de estrés y equilibrio hormonal.

A continuación algunas características de varios aceites esenciales:

Árbol de té: anti-bacteriano, anti-fúngico, anti-vírico

Ajo: potente estimulante del sistema inmune

Lavanda: calmante, relajante

Manzanilla romana: calmante de problemas que se manifiestan en la piel o en el estómago, especialmente adecuado para caballos con tendencia a tener cólicos por estrés.

Manzanilla germánica: calmante y antiinflamatorio

Incienso: calma emocionalmente, ralentiza la respiración. Calma la tos debida a la ansiedad y los miedos.

Menta piperita: anti-inflamatorio, estimula el sistema nervioso, circulatorio e digestivo

Neem: muy terapéutico, bactericida y antiinflamatorio

Neroli o Azahar: calma emocionalmente la tristeza, en caso de pérdida de un compañero, o depresión.

Vetiver: muy relajante, calma y da seguridad

Ylang Ylang: relajante y reconfortante, elimina las preocupaciones. A menudo preferido por los potros.

Los aceites esenciales pueden funcionar muy rápidamente. Sus efectos se observan a veces de manera inmediata, otras veces al cabo de un par de días.

Un caballo en libertad que no se sintiera bien por causas físicas o emocionales buscaría dentro de su hábitat la planta o hierba correcta para recuperar la salud. Puesto que hoy en día la mayoría de caballos no tiene esta libertad de elección, las personas podemos facilitarles esta opción con los aceites esenciales.

Los caballos tienen un olfato muy sensible y saben de manera instintiva como oler correctamente los aceites esenciales, primero a través de uno de los dos ollares que conecta con un lado del cerebro y si el aceite les interesa lo olerán de nuevo con el otro ollar, que conecta con el otro lado del cerebro. Si el aroma no les aporta ningún beneficio, girarán la cabeza alejándose de él.

Si el aroma les interesa pero lo huelen solo con un ollar, hay que ofrecerle oler el aceite una vez al día. Si les interesa mucho, ofrecérselo dos veces al día. Si giran la cabeza, no hay que ofrecérselo y nunca hay que obligarle a olerlo.

Aparte de ofrecérselos a oler, también se pueden aplicar diluidos y mezclados sobre una crema, gel o aceite base sobre la piel para aliviar en caso de distintos problemas como dermatitis alérgica, picaduras de insectos, infecciones en los cascos, artritis o inflamación.

Actualmente estoy haciendo mis propias fórmulas con aceites esenciales y aplicadas a diario, mínimo una vez al día, resultan muy efectivas, especialmente para aliviar picores e inflamación.

Naturalmente el uso de aceites esenciales no debe sustituir nunca a un veterinario, y se debería consultar su uso especialmente en caso de yeguas gestantes. Nunca deben dejar que el caballo toque con los ollares o la boca la botella de aceite esencial sin diluir. Hay que coger las botellas firmemente cuando se las ofrezcamos a oler a un caballo, ya que si les agrada mucho puede pasar que intenten cogerla con la boca.

No se deben usar aceites esenciales sin diluir directamente ni en las heridas ni en la piel irritada, las únicas excepciones serían árbol de té, lavanda y manzanilla germánica o milenrama, ya que estos son potentes desinfectantes. Tampoco debe aplicarse en la zona que rodea los ojos o la zona genital, ya que son zonas muy sensibles.

En próximas entradas iré dando más información sobre el uso de aceites esenciales para determinados problemas de conducta.

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