Este es un artículo de la revista The Horse, por Joseph J. Bertone, DVM, MS, Dipl. ACVS, que habla de los principales motivos por los que un caballo no realiza su necesario tiempo de sueño tumbado.
El acto de dormir, los patrones de sueño y el comportamiento de sueño son temas que, en general, no son prioritarios para los veterinarios equinos. No obstante, muchos de ellos han visto casos de trastornos de sueño y han podido dar con enfoques de diagnóstico y protocolos de tratamiento. En este artículo resumiremos qué es lo que conocemos hasta ahora.
En primer lugar hay que descartar la idea de que los caballos pueden dormir profundamente estando en pie. El sueño yacente (tumbados) es esencial para el bienestar del caballo. Los caballos requieren habitualmente 15 minutos de sueño paradójico yacente (cuando se da la fase REM) a diario, pero al contrario que otras especies, pueden aplazar estos 15 minutos durante largos periodos. Los datos históricos indican que los caballos pueden experimentar privación del sueño yacente durante dos semanas antes de que empiecen a mostrar señales clínicas de ello: caída con recuperación parcial o volver a ponerse de pie.
En segundo lugar, la mayoría de casos de comportamiento de privación del sueño se han etiquetado como narcolepsia. No obstante, si se observa la literatura comparativa, es probable que lo que veamos en los caballos no sea narcolepsia. De hecho, las pruebas usadas a menudo para diagnosticar la narcolepsia en caballos – la prueba de la fisostigmina usada para inducir narcolepsia en perros o analizar el fluido cerebroespinal en búsqueda de la hipocretina neuro-peptídica, por ejemplo- es poco probable que funcionen en caballos. Además, muchos casos de privación de sueño responden bien ante cambios que impactan en su comportamiento, así como ante la medicación para el dolor. La narcolepsia no respondería ante ninguno de estos cambios.
Actualmente, basándonos en la información histórica y en la respuesta a terapia, parecen haber por lo menos 6 categorías de privación del sueño en caballos.
1. Asociado a dolor o molestia física. Esta categoría incluye a caballos que hayan sido claramente diagnosticados con problemas de dolor que vayan desde una enfermedad grave articular, bultos polisacáridos – miopatías, y otras enfermedades músculo-esqueletales, a úlceras gástricas, adherencias abdominales y embarazos tardíos. También incluye casos que responden a un tratamiento no específico de dolor (como la administración de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos para el dolor articular), omeoprazol para tratar úlceras gástricas o yeguas con embarazo tardío, que invariablemente soluciona la molestia.
2. Asociado a la inseguridad del entorno. Esta categoría incluye caballos cuyos síntomas clínicos se solucionan cuando los cuidadores o veterinarios identifican y cambian los problemas del entorno. Estos pueden consistir en cambios del tamaño del lugar de estabulación, cambios de sitio donde viven, pérdida de otros caballos a los que el paciente estaba emocionalmente apegado, cambios en la iluminación artificial de donde viven, uso de mantas, climatología y muchos otros temas puntuales del entorno que, una vez modificados, llevan a la resolución del problema.
3. Asociado al a monotonía Los caballos de este grupo muestran señales solo cuando se les pone atados a dos cuerdas durante mucho tiempo o se les obliga a estar de pie sin moverse por periodos de tiempo prolongados. Estos caballos no expresan este comportamiento en caso contrario. La estimulación intermitente simple ayuda a resolver este comportamiento.
4. Asociado a fijación agresiva (castrado agresivo) Los caballos que muestran una agresividad excesiva y continua hacia uno o varios de los caballos de un grupo entrarían en esta categoría. Estos caballos pueden dejar este comportamiento al incorporar una yegua de carácter fuerte o, más raramente, un caballo de carácter fuerte.
5. Asociado a la enfermedad de Lyme Los caballos que dan positivo a la enfermedad de Lyme y
que no formen parte de ninguna de las categorías mencionadas anteriormente. No dan muestras de dolor articular, y responden positivamente al tratamiento para la enfermedad de Lyme.
6. Asociado con el terror nocturno Esta categoría incluye a caballos con un comportamiento similar al de los humanos cuando tienen terrores nocturnos. Este es un descubrimiento relativamente nuevo, con todos los casos identificados desde enero de 2012. A medida que hacer grabaciones nocturnas sea económicamente más accesible, podremos ver si se dan más de estos casos.
Los caballos que responden a la terapia adecuada ganan peso, tienen una mejor actitud, son menos agresivos con otros caballos, rinden más, etc.
Y tu caballo, ¿sabes si tiene sus necesidades de sueño yacente cubiertas?