El Oído:
Ser capaz de detectar cualquier cosa que se esté acercando es otra de las habilidades cruciales para un animal presa, así que no es sorprendente que el sentido del oído de tu caballo sea agudo y bien desarrollado. Su capacidad auditiva es más grande que la tuya, y puede detectar sonidos de frecuencias mucho más elevadas. Su sentido del oído se ve reforzado por el hecho de tener orejas móviles, con 16 músculos que las controlan, que les permiten rotar de manera independiente hasta 180º. Esto le ayuda a ubicar con exactitud de donde le llega un sonido.
Debido a este agudo sentido del oído, tu caballo puede agobiarse cuando se encuentre en un ambiente ruidoso – recuérdalo si participas en espectáculos donde haya altavoces. Se puede tomar alguna medida para amortiguar estos ruidos, pero ten en cuenta que limitar la capacidad auditiva de tu caballo puede causarle más ansiedad porque no podrá procesar los sonidos normalmente. Si planeas usar algo para amortiguar los ruidos, como una gorra para las orejas, pruébalo antes en casa varias veces para asegurarte de que se sienta cómodo llevándola.
El Tacto:
Los caballos que se llevan bien a menudo se acicalan mutuamente, usando los dientes para rascar a su compañero. Se sabe que este tipo de contacto tiene un efecto calmante en los caballos, así como que lo usan para dar seguridad y placer. Puedes usar esto en tu ventaja rascándole en la cruz durante un entreno.
Rascar puede usarse como premio por un buen comportamiento y puede ser muy útil montando cuando el caballo necesite sentirse seguro de ti. Pasa tiempo explorando cuales son los puntos favoritos donde a tu caballo le gusta que le rasquen y te estará muy agradecido.
Sin zumbidos
Teniendo en cuenta el hecho de que tu caballo puede mover la piel en respuesta al ligero toque de una mosca posándose en ella, esto debería darte una idea de lo sensible que es su sentido del tacto. Demuestra que sólo deberían ser necesarias ayudas muy sutiles y que cualquier castigo, como el uso de un látigo, va a resultarle muy doloroso.
El tacto debería ser un asunto a tener en cuenta cuando se compre una nueva equipación para el caballo:
una cabezada forrada con una gruesa y cómoda piel de oveja puede resultarle incómoda o que le pique a tu caballo. Permite siempre que sea su comportamiento lo que te haga concluir si tu nueva compra es cómoda para él. Si le hace sentir incómodo, deja de usarlo inmediatamente.
La piel de su hocico es muy sensible también y junto con sus pelitos se usan de forma similar a como nosotros usamos los dedos, seleccionando cuidadosamente determinadas hierbas o plantas y detectando distancias. Por este motivo, no se debería recortar los pelitos del morro de los caballos.
Sentido común
Cuando observemos el comportamiento de un caballo, deberíamos intentar ver el mundo a través de sus ojos y el resto de sus sentidos. Aunque alguno de sus comportamientos nos parezca irracional o innecesario, cuando empiezas a tener en cuenta lo diferente que es su mundo sensorial del nuestro, la explicación a muchos problemas de comportamiento se empiezan a ver muy claramente. Recuerda que siempre hay un motivo para cada comportamiento, incluso si todavía no has sido capaz de verlo.