En este post quería hablar de cómo el cuerpo se adapta a los problemas o lesiones y cómo nosotros, los terapeutas, intentamos que el cuerpo vuelva a un estado más móvil y sano. Aunque es un tema muy amplio, aquí van unos pocos conceptos básicos.
El cuerpo es algo maravilloso, se adapta para sobrevivir y es muy bueno en su trabajo. Cualquier problema, sea de origen músculo-esqueletal, visceral, circulatorio, neurológico psicológico, etc., tiene una respuesta compensatoria para permitir al cuerpo continuar de la mejor manera posible. Si el problema es menor, el sistema sólo deberá compensarlo brevemente y podrá volver a su equilibrio normal. No obstante, si el problema es mayor o se repite, entonces la compensación se quedará fija.
La habilidad del cuerpo para compensar está relacionada con su vitalidad y su movilidad general. Contra más vital y móvil esté el cuerpo, mejor podrá compensar sin verse afectado en exceso. Los cuerpos que tienen demasiadas compensaciones llegan a un punto que no pueden compensar más y por tanto es más probable que tengan lesiones.
Los caballos con compensaciones crónicas/repetitivas son los más habituales. Existen “ondas” compensatorias cuando un problema en una zona específica causa cambios localizados que tiene su origen en esa zona y resultan en adaptaciones compensatorias.
Contra más tiempo esté presente el problema, o más veces se repita o mayor sea la lesión, las ondas se expandirán más, resultando finalmente en un gran patrón compensatorio por todo el cuerpo, que empezó en ese punto en concreto.
Esta es una explicación obviamente simplificada, ya que puede haber varios problemas dándose a la vez. A menudo son muchos los factores (la monta del jinete, la dieta, el ajuste de la silla, el bocado, el cuidado dental, el herraje o recorte, la genética, mala suerte…) que pueden influir causando sus propias ondas compensatorias. Todas ellas interactúan y crean patrones propios que se deben desvelar.
TIEMPOS DE LAS COMPENSACIONES:
Cuando miramos cómo el sistema músculo-esqueletal se adapta/compensa los problemas, observamos como emergen ciertos patrones. Todos ellos tienen un componente fascial.
Lo que es interesante son los tiempos en los cuales responde el tejido. El tejido blando compensa de manera más rápida. Fascia, tendones, ligamentos, músculos son los primeros en cambiar y adaptarse, mientras que el esqueleto cambio mucho más despacio. Se adapta a un cambio en la tensión de todo el cuerpo aumentando o limitando su propia acción para ayudar al cuerpo a continuar moviéndose.
A medida que pasa el tiempo y la tensión repetitiva continua imponiéndose, el patrón se arraiga más con los tejidos corporales. El equilibrio de los músculos se adapta por todo el cuerpo, con algunos músculos acortándose (hipotrofia o atrofia) y algunos alargándose (hipertrofia). Esto añade más tensión desigual en las articulaciones a través de los tendones. A menudo se ve en los posteriores una hipotrofia en los cuádriceps y una hipertrofia de los isquion-tibiales. Este desequilibrio está relacionado con problemas de corvejones, de rótulas, de ligamento suspensor, problemas de cascos e incluso de superposición de apófisis espinosas.
Si pasa el tiempo sin corregir estas compensaciones, los huesos empiezan a adaptarse también, habitualmente con algún tipo de factor artrítico. Estos cambios adaptativos se pueden encontrar en cualquier parte del esqueleto, a menudo en corvejones, procesos espinales dorsales, el cuello, incluso la mandíbula y la nuca. Los huesos que han estado bajo una presión anormal como resultado se desgastan de manera anormal y su estructura cambia.
Una vez los huesos empiezan a hacer grandes cambios estructurales se reduce la habilidad del cuerpo de rehabilitarse. Estos factores artríticos requieren medicación y en algunos casos operarse. Pero realmente el problema más grande a resolver es lo que causa la tensión y la compensación en el cuerpo.
REHABILITACIÓN:
Teniendo esto en mente, es importante tomar en consideración hasta qué punto llegan estas compensaciones y adaptar la rehabilitación a medida. Si intentas provocar muchos cambios demasiado rápido en un cuerpo que lleva años compensando, es probable que se creen otros problemas en otras partes del cuerpo.
Por ejemplo, si a un miembro que ha sufrido cambios en los huesos, y que por tanto no puede flexionarse fácilmente, cambiar su estructura demasiado rápido añadiendo demasiada flexión causará tensión en los tendones. Así pues, un tratamiento excesivo puede ser tan perjudicial como uno insuficiente.
Los casos que vienen de hace tiempo necesitan un enfoque considerado, amable y continuado. Necesitan tiempo y paciencia, y es importante que tanto el propietario del caballo como los profesionales que lo tratan lo entiendan.
A menudo es mejor no hacer un tratamiento completo en la primera sesión, porque el cuerpo no podrá asimilar los cambios. Se debe hacer por etapas. Estos cambios estructurales profundamente arraigados formaron su patrón compensatorio después de mucho tiempo. Se debe respetar el tiempo necesario para deshacerlos.
La conclusión es que no sólo es importante evaluar todo el caballo, sino ser conscientes del tiempo necesario para ir deshaciendo las compensaciones del cuerpo de manera que los cambios en el mismo puedan ser asimilados de manera saludable.
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